El Redondal
Redonda Mayor en la Aldea del Redondal.
El Redondal
El Redondal nombra una majada rupestre emplazada a 1.800 metros de altitud, a orillas del pozo de Andra, en la parte más oriental de Los Picos. El topónimo se deriva de las enormes piedras o “redondas” que se desprendieron de la pared inmediata, cuyas llambrias rubias espaldan la majada por el oeste.
El resultado que se percibe en la actualidad, en una mirada indistinta, es el de cualquier paisaje de derrabe natural, en el que predominan los grandes cantos y los pedreros. No obstante, enseguida brotan a la observación decenas de huecos practicados en la piedra o habilitados bajo ella demandando una explicación. Se trata de unas sesenta habitaciones de pastor dispersas entre las redondas y logradas en la mayoría de los casos por excavación.
Soterradas bajo grandes cantos, alguno de ellos de dimensiones ciclópeas, las oquedades están delimitadas por techo y paredes aprovechadas en la propia roca, y completadas en los intersticios con muros de distinta factura. El umbral de todas ellas presenta el aspecto habitual de las cabañas, con cierta rusticidad pero contando siempre con solera, sillería frontal, sobrepuerta, etc. El interior, en cambio, aprovecha las formas de la roca, trabajadas muchas veces al dictado de la necesidad: bancos tallados en la pared, anclajes para los camastros, pequeñas alacenas y piedras de llar, entre otras modificaciones de menor relevancia.
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(Del libro: «Marqueses, funcionarios, políticos y pastores: crónica de un siglo de desencuentros entre naturaleza y cultura en los Picos de Europa», de Jaime Izquierdo y Gonzalo Barrena.
Ordenanzas de Tresviso, 1829
“Yten acordaron que ningún vecino de este pueblo pueda en tiempo alguno recoger sus ganados mayores en ninguna de las cuevas que se denominan de Ändara y San Juan y en ninguna de ellas y aunque aquí no vayan señaladas ningún vecino ha de adquirir posesión por ser como todas son del común de esta villa y han de servir los carriles que en dichas cuevas hiciese cada vecino no sea osado a derribarlos, pena de que lo contrario haciendo ha de pagar por cada vez once reales que le exigirá el regidor de este pueblo” (Ordenanzas de Tresviso. Año de 1829, c. 32)
“Yten acordaron y mandaron que cualquier vecino que asistiere en cualquiera de las cuevas que se hallan en todo el circuito de la jurisdicción de esta villa no pueda impedir entrar en ella a cualquier otro vecino que a ella concurra” (idem, c.33)
Redonda de Concejo en la Aldea del Redondal.
QUÉ ES EL REDONDAL
Una majada aprovechada por los concejos de Bejes y Tresviso, al borde de la cuenca de Ándara, donde hubo un lago de origen glaciar que se perdió, sumiéndose su caudal entre las fracturas de la roca, a causa de las voladuras mineras,
Al otro lado de la vega, frente a las «redondas» (grandes bloques de piedra), permanecen bocaminas y restos de las explotaciones. En ellas trabajaron muchos pastores y pastoras que alternaban, durante su estancia en el puerto, el cuidado del ganado con las labores de extracción de calamina. Entre ellas, las de muchas mujeres que se deicaban al lavado del mineral en las fuentes del lago.
A la majada se accede, a pie, por una pista cómoda de macadán, que pasa por el Refugio conocido como «El Casetón de Ándara«, tras dos horas de camino. La pista arranca del Joyu’l Teju, muy cerca de Escarandi, en la divisoria de Asturias con Cantabria. En ese punto hay que abandonar la carretera que une Sotres con Tresviso y tomar la pista empedrada que sale hacia arriba y hacia el sur.