Río Purón
Un paseo de ribera en el concejo de Llanes
Orandi
Gonzalo B.
Por mucho que se escriba de esta vallina ciega emplazada en Covadonga, al sur del Auseva, nunca se dirá bastante su belleza. La vega de Orandi es llana y alargada, surcada por un río que baja de Las Mestas vecinas y encajada entre montes poblados de hayedo. Desde sus faldas suaves, un cinturón de fronda ciñe las llanas de la vega, limpias y apretadas de pastura. Únicamente el río hiende el interior del valle, menudeado de árboles y discurriendo entre ellos con sinuosidad. Después del último recodo, el agua describe un semicírculo, enfrenta la peña del Auseva y desaparece por su pie a través de una cuchilla natural abierta en la roca. El río, engullido, reaparece al otro lado de la masa caliza, formando cola de caballo durante las avenidas y cayendo sobre El Pozón, en Covadonga, por debajo de la gruta. La salida del agua que el tiempo habilitó en el seno del monte vació el lago que en su momento colmaba Orandi, y ahora, el limo depositado en su base, sumado a la acción del ganado y a la vocación natural de todo su suelo, provoca en la vega un gran rendimiento vegetal.
Aunque cuenta con varias entradas, el sitio es habitualmente accesible por el sendero que retrepa La Matona, en tornos continuos desde Covadonga que se abren paso a través de un bosque de ladera bien nutrido de sombra. La entrada opuesta trae el camino que viene de Las Mestas y su río, que penetra en la vega por El Campu L´Escobiu y la recorre de modo longitudinal. A sus flancos llegan dos senderos bajantes de traza regular en el hayedo. Uno procede de Les Llaceries, invernales cimeros en su dominio sur, y el otro, que viene del norte, desciende en oblicuas las faldas del Auseva desde El Toyu. Junto con El Escobiu y La Raíz componen la corona de invernales que cierran Orandi, una vallina cerrada en artesa y hendida por un río que la vertebra en forma de interrogación.
Patrimonio cultural
Gonzalo B.
Referencias históricas y documentales: existen tres referencias relevantes: un hidrónimo prelatino diva, para el río que discurre por la vega, que atestiguaría la presencia en el lugar de pastoreo de sustrato celta (s.VIII-VI a.C.); el monte Auseva, que la respalda por el norte, mencionado en las crónicas asturianas medievales (Rotense, s. IX) y el régimen de propiedad, que se mantiene hasta el presente, y por el que los terrenos situados a cada margen del río pertenecen a los dos tipos clásicos de señoríos, el eclesiástico y el nobiliario: el abadengo de Covadonga y la casa de Cortés, de Cangas de Onís.
Elementos patrimoniales: de escasa arquitectura, y relegada a la margen izquierda del río, tan sólo permanece en pie la corte, reparada para uso de sus propietarios. La cabaña está en el suelo. El cerramiento, principalmente de piedra y reforzado con leñosas, abarca la periferia de las propiedades; y se mantiene en uso por el rendimiento que sus pasturas ofrecen en los entretiempos. Por último, y como muestra del patrimonio cultural “intangible”, el régimen de propiedad que afecta al lugar (señoríos eclesiástico y civil) puede considerarse como arquetípico de las relaciones jurídicas y sociales características del Antiguo Régimen y que perduran en la territorialidad actual.
QUÉ ES ORANDI
Una pequeña vega con invernales en el sitio denominado “El campu L’Escobiu”. Aunque sus dimensiones son moderadas y responde más bien a las características de un valle ciego, lo cierto es que reúne los requisitos suficientes para ser considerada en cierta medida un poljé: formación kárstica de fondo plano, con terra rossa en la base, cauce sinuoso, paredes en escorrentía hacia la cuenca y sumidero. Su moderada altitud y su cerramiento la convierte en un lugar ideal para su aprovechamiento ganadero mixto, a siega y a diente en los entretiempos.